Desde el principio,
siempre ha habido preocupación sobre los estragos que los cultivos OGM
(Organismos Genéticamente Modificados) pueden estar teniendo en el ambiente y
los efectos de salud que podrían tener en los consumidores. El aspecto
financiero/ material- mayor producción, más gente alimentada, etc.- parece ser
el factor redentor.
Siempre ha habido
protestas en contra de la “invasión” y producción de maíz y berenjena Bt. Bt
significa Bacillus thuringiensis, el organismo donante en las plantas
genéticamente manipuladas. Los que protestan son a veces etiquetados de
“puristas” que se ponen en el camino del avance de la ciencia.
Entre los
defensores de los productos agrícolas libres de OGMs están Masipag (Magsasaka
at Siyentipiko para sa Pag-Unlad ng Agrikultura) y Greenpeace. Masipag es
una red de grupos de agricultores, científicos y ONGs que apuntan a mejorar la
calidad de vida del agricultor “a través del control de sus recursos genéticos,
tecnología agrícola y conocimientos asociados.” Y están los grupos de
consumidores que ahora están levantando la voz para asegurarse que la comida en
su mesa sea libre de OGMs.
Masipag
recientemente ha publicado un libro el cual explica los efectos adversos del
maíz OGM en agricultores, y muestra “evidencia del fracaso” de lo que se
suponía que daría a los agricultores mayor producción y mejores ingresos. El
libro, “Impacto Socioeconómico de Maíz GM en Filipinas,” es una
revelación para aquellos que parecen enamorados con las llamadas variedades de
alta producción que prometen alimentar a los hambrientos de este mundo.
El Dr. Chito
Medina, coordinador nacional de Masipag, dice en el prefacio del libro: “Los
promotores de los cultivos GM siempre recitan una letanía de beneficios,
incluyendo mejor producción, menos uso de pesticidas, menos intensidad de
trabajo y mejores ganancias para los agricultores a pesar de la falta de
evidencia suficiente.” Estos supuestos beneficios son promovidos sin considerar
otros factores socio- económicos, añade. Y mientras la evidencia de los efectos
adversos de los OGMs en la salud y el ambiente se acumulan, los datos del
impacto socio- económico de los OGMs son rara vez y dramáticamente
descubiertos, subraya.
El libro expone la
explotación de agricultores pobres por parte de los comerciantes de maíz
locales quienes, declara Masipag, “juegan un rol en la proliferación
de los OGMs y los cambios en la estructura de posesión y control de las
tierras, recursos naturales y genéticos como resultado de la producción de maíz
OGM. ”El libro también expone cómo las corporaciones agroquímicas
transnacionales están obteniendo grandes beneficios de las semillas GM y los
insumos químicos.
El gobierno
filipino ha aprobado la propagación comercial del maíz Bt hace unos 10 años.
Masipag dice, “desde ese entonces, ocho variedades de maíz OGM han sido
aprobadas para propagación comercial en la forma de maíz Bt, maíz RR y una
combinación de rasgos piramidales y apilados de los mismos eventos
transformativos GM. En el mismo período, 59 cosechas/ eventos OGM también han
sido aprobados para importación para uso directo como alimento, alimento para
animales o para procesamiento.”
Masipag añade y
advierte que los alimentos OGM tales como la berenjena Bt y el Arroz Dorado
también han sido “testeados en campo” y se espera que estén listos para su
comercialización.
En el año 2000,
afirma el libro, los agricultores fueron seducidos por el precio introductorio
del maíz GM el cual era casi el mismo que el maíz híbrido regular. Cita el caso
de Cuartero, Capiz, donde el maíz Roundup Ready GM (maíz RR) costaba sólo
P$2,800 por bolsa de 18 kilos, lo cual sirve para una hectárea. En 2008, el
costo se elevó a P$ 4,600 por una bolsa de 9 kilos y P$9,200 por dos
bolsas de semillas de maíz RR. Los precios de los fertilizantes y pesticidas
también han incrementado.
Los agricultores
recurrieron a los comerciantes y prestamistas para préstamos con intereses en
un rango de 20 a 40% durante los cuatro meses de la temporada de cosecha.
También se vieron obligados a vender a los comerciantes a precios más bajos que
el mercado.
Al final, los
insumos (semillas, fertilizantes, pesticidas) consumían alrededor del 40 a 48%
de los gastos totales del agricultor por temporada. Y todo esto iba a los
comerciantes/financistas de maíz y corporaciones agroquímicas. Los agricultores
que no pueden pagar terminan perdiendo el control de sus tierras, o
perdiéndolas con el fin de evadir problemas legales.
Como dijo un
agricultor de Pangasinan, “Nakain mo na, di mo pa naani.” (Ya has consumido lo
que aun no has cosechado.) Terminan acarreando bolsas vacías. Para citar de
nuevo a un agricultor quien hizo explotar en risas e ira al público: “Kaming
magsasaka, naging magsasako.”
La investigación de
Masipag fue conducida desde febrero hasta marzo del 2012. Masipag
condujo grupos de discusión enfocados (FGDs) con agricultores de maíz y entrevistas
con informantes clave (líderes comunales, oficiales gubernamentales locales y
regionales, agricultores municipales y oficiales regionales del Departamento de
Agricultura). Un total de 166 agricultores participaron en los FGDs en áreas de
casos compuestas por 12 barangays y siete provincias productoras de maíz GM en
Luzon (4), Visayas (4) y Mindanao (4). Las provincias de Isabela, Pangasinan,
Bukidnon, Sultan Kudarat y South Cotabato pertenecen a las 10 principales
provincias productoras de maíz, Isabela posee el 34% de las hectáreas del área
de maíz GM en Filipinas.
Para más
inquietantes descubrimientos de la investigación de Masipag, visite su página
webhttp://masipag.org/
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