ETANOL EN BOLIVIA
El pasado ocho de marzo el gobierno y los empresarios privados lanzaron
el programa que incorpora el etanol a la matriz energética del país. Según el
Ministerio de Hidrocarburos, se proyecta una inversión de al menos 1.600
millones de dólares para incorporar el etanol a la matriz energética nacional
en los próximos ocho años. Con este proyecto, Bolivia dejaría de importar este
año 80 millones de litros de gasolina y 380 millones de litros hasta el 2025.
Con estas rimbombantes cifras se quiere esconder que esta clase de combustible
genera grandes impactos en el medio ambiente y que amenaza a la seguridad y
soberanía alimentaria de los/as bolivianos/as.
Antecedentes
En agosto de 2017, el Ministerio de Hidrocarburos y la Federación de Empresarios
Privados de Santa Cruz, firmaron un acuerdo para el análisis de la
implementación de etanol como aditivo a la gasolina. No obstante, ya en 2005,
el sector agroempresarial logró la emisión de dos leyes que impulsaron la
incorporación de los agrocombustibles como el etanol, con la Ley 3086; y el
biodiesel, con la Ley 3207. Ambos como aditivo a los carburantes fósiles.
El etanol es otro nombre del alcohol que se produce a partir de
fermentos y destilación de varios cultivos como caña de azúcar, maíz, trigo,
papa, cebada, yuca, etc. En Bolivia se
lo produce a partir de la caña de azúcar. El etanol o alcohol es considerado un
agrocombustible para los vehículos. En ciertos países se combina junto a la
gasolina, por ejemplo 5% de alcohol y 95% de gasolina.
Agrocombustibles “ecológicos”
Según los promotores del etanol, este agrocombustible tiene menos
producción de dióxido de carbono. Esto es un mito, porque producir la materia
prima de este combustible trae consigo tres consecuencias: 1) El etanol requiere
deforestar inmensas áreas de bosque. 2) Hay que implementar grandes
monocultivos de caña o maíz que utilizan grandes cantidades de agroquímicos elaborados
a base de hidrocarburos. 3) Al tratarse de grandes extensiones de producción
agrícola, hay que utilizar todo tipo de maquinaria agrícola que funciona con
hidrocarburos fósiles. En síntesis, esta clase de combustibles es peor que la
enfermedad: contaminan más el medio ambiente con gases de efecto invernadero.
Agrocombustibles y seguridad
alimentaria
Los agrocombustibles tienen fuertes impactos en el precio de los
alimentos, debido a que esta industria hace que la demanda de cultivos de
alimentos se incremente. Entre el 2007 y 2008, a nivel mundial, se vivió una
crisis alimentaria por el incremento de los precios de los alimentos. De
acuerdo a informes de la FAO, del Banco Mundial e informes independientes, uno
de los factores de este incremento fue el uso de productos alimenticios para
los agrocombustibles.
EE.UU. y Europa diseñaron políticas públicas con miles de millones de
dólares que subvencionaron la industria de agrocombustibles, por lo que muchos
productores prefirieron producir insumos para los agrocombustibles y eso afectó
el mercado de alimentos.
Agrocombustibles en Bolivia
En Bolivia, el Gobierno y los empresarios quieren fortalecer la
industria de los agrocombustibles. Según sus estimaciones, para la producción
de alcohol se requiere duplicar la superficie de caña, lo cual significa que se
deforestarían 200 mil hectáreas más de bosque del que dependen los ciclos
hídricos del país. El cambio de uso de suelo en la Amazonía, destinado a la
producción de caña para el complejo San Buenaventura, afectará directamente el
ciclo de lluvias de La Paz, Oruro y Cochabamba. De los bosques dependen las
lluvias y provisión de agua.
El programa de incorporación del etanol a la matriz energética nacional
va en contra de la normativa nacional. El artículo 24, numeral 11 de la Ley de
la Madre Tierra, sostiene que está prohibida “(….) la producción de
agrocombustibles y la comercialización de productos agrícolas para la
producción de los mismos, en tanto que es prioridad del Estado Plurinacional de
Bolivia precautelar la soberanía con seguridad alimentaria.”
La producción de agrocombustibles que impulsa el gobierno solo traerá
impactos negativos en el medio ambiente y afectará la seguridad y soberanía alimentaria.
También repercutirá en los precios de los combustibles debido a que un litro de
alcohol es más caro que uno de gasolina. Desde cualquier perspectiva que se
analice este programa, no trae beneficios, al contrario, es un programa que
vulnera nuestro derecho a la alimentación y aparentemente no ha sido analizado
con la seriedad que amerita.
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