Afirman que agroquímicos y transgénicos generan serios problemas de salud
Datos de orden biológico pero con perspectiva socioambiental sirvieron para complementar la información médica y así realizar el perfil epidemiológico de las enfermedades vinculadas a los agrotóxicos.
19 de junio de 2018 13:18
La Paz, 19 de junio (ANF).- Expertos argentinos aseguran que el modelo productivo basado en la utilización de agroquímicos y transgénicos en los alimentos provoca graves problemas de salud como cáncer, malformaciones genéticas, abortos espontáneos, entre otros.
Gabriel Keppl y Gastón Palacios, médicos del Instituto de Investigación de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario, a través de estudios lograron determinar el impacto de los agroquímicos en las poblaciones fumigadas en zonas de producción de soya en su país.
En Argentina de la década de los años 90 a 2013, el maíz y la soya se convirtieron en productos 100% transgénicos y el uso de los agrotóxicos desde el año 1996 al 2013 creció en 1.800%.
Los galenos llegaron a Santa Cruz, Bolivia, en días pasados y mostraron el perfil epidemiológico de poblaciones que viven expuestas a agroquímicos en diferentes zonas de Argentina. Los hallazgos se realizaron a partir de la instalación de los Campamentos Sanitarios en 2010 que permitieron identificar la causalidad del uso de agroquímicos, vinculados a los transgénicos, con ciertas enfermedades.
Al momento, 164 mil habitantes de cuatro provincias argentinas -Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe- participaron del diagnóstico que realizan médicos de los Campamentos Sanitarios, y fue cuando encontraron que enfermedades como el cáncer, alergias, gastroenteritis, malformaciones en recién nacidos, enfermedades degenerativas a nivel neuronal, abortos espontáneos, problemas dérmicos, respiratorios, digestivos y otros, eran más recurrentes en las zonas de fumigación con agrotóxicos y de producción de alimentos transgénicos.
“No había un sustento del cual agarrarse, los registros en salud muchas veces son deficientes o están muy sesgados, y a partir de estos hallazgos de los Campamentos Sanitarios es que empezamos a encontrar y plantear con fuerza la hipótesis de la vinculación de ciertas enfermedades con el modelo productivo”, señaló Keppl.
Datos de orden biológico pero con perspectiva socioambiental sirvieron para complementar la información médica y así realizar el perfil epidemiológico de las enfermedades vinculadas a los agrotóxicos. “La ciencia no puede quedar ajena a estas discusiones, teníamos claro que no podíamos no decir las cosas que encontrábamos a la gente. La investigación dio la posibilidad de advertir algo que no se estaba queriendo ver o no se estaba denunciando con fuerza”, aseveró Palacios.
Campaña contra las fumigaciones
Palacios cuenta que como uno de los primeros hallazgos se tuvo el caso de un niño con encefalitis (inflamación del encéfalo), en el que no se podía determinar la causa, pero haciendo entrevistas con la familia se determinó que vivían en íntimo contacto con sustancias agrotóxicas, se trataba de una exposición crónica a plaguicidas.
En la década de los 90, médicos argentinos desde la provincia de Santa Fe, empezaron a lanzar alertas, debido a que encontraron casos muy recurrentes de malformaciones congénitas.
Junto a ese hallazgo en el Chaco se analizaron los tipos de malformaciones que llegaban a los hospitales. El año 1997 se registraban en promedio 20 casos de malformaciones por cada 10 mil nacidos vivos, pero al 2008 la tasa subió a más de 80 malformaciones por cada 10 mil; esto coincidió con el incremento del uso de agroquímicos en las plantaciones de yerbamate y tabaco.
Otro caso emblemático ocurrió el año 2005, cuando un grupo de madres de Córdoba, provenientes de una zona próxima a cultivos fumigados, detectó el incremento de casos de leucemia en los niños. Entonces surgió el movimiento “paren de fumigarnos” y gracias a las pruebas recabadas por ellas mismas 10 años después ganaron un juicio que determinó sanción para las empresas.
Incluso científicos argentinos, entre ellos, el reconocido médico e investigador Andrés Carrasco, uno de los impulsores de la denominada "ciencia digna", logró establecer la vía química por la que se producen malformaciones en los seres vivos expuestos al glifosato y cómo afecta a la regulación de genes.
Un caso que recientemente conmocionó a Argentina fue la muerte de 72 millones de abejas, ocurrida este año en Córdova, producto de la fumigación con agroquímicos, sin embargo ni ese evento logró que las autoridades replanteen el modelo productivo.
En Bolivia no se tiene un registro oficial de enfermedades vinculadas a la utilización de agrotóxicos, sin embargo extraoficialmente se sabe que en las zonas fumigadas se están registrando con mayor frecuencia problemas de salud.
Jorge Crisosto, director de Investigaciones de la Universidad Nacional Ecológica (UNE) de Santa Cruz, mencionó el interés de realizar un relevamiento sostenido de datos en las zonas fumigadas de Santa Cruz, a fin de determinar el impacto en la salud de la población expuesta.
En Bolivia, cifras oficiales del INE muestran que la importación de agroquímicos ha crecido indiscriminadamente en el país. El año 1999 se contaba por ejemplo con 25 millones de kilos y a junio de 2018 se registró 152 millones de kilos de agrotóxicos, fertilizantes sintéticos y pesticidas importados. Muchos de ellos prohibidos internacionalmente como el Paraquat, nocivo para la salud.
/MAMP/FC/
https://www.noticiasfides.com/nacional/sociedad/utilizacion-de-agroquimicos-y-transgenicos-en-produccion-de-alimentos-genera-serios-problemas-de-salud-388921


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