La apuesta boliviana por La revolución orgánica




Cultivo de frutas y verduras En un área de 3.000 metros cuadrados, se producen 71 tipos de alimentos en San Luis. | RAFAEL SAGÁRNAGA


LOS TIEMPOS, 25 de junio de 2018


La ciencia de los humanos suele despreciar a la sabiduría de la naturaleza, a veces, fatalmente. Cuando, por ejemplo, en el siglo XIX, se inventaron los agrotóxicos, su efectividad encegueció al mundo científico que creyó hallarse frente a una panacea. Poco a poco, se fueron menospreciando siglos de experiencia en el desarrollo de técnicas naturales para combatir plagas o desarrollar fertilizantes. Una ciencia que, frente a las catástrofes agroquímicas, hoy se redescubre urgentemente, por ejemplo, acá, en dos singulares centros de investigación ubicados en San Luis.

Se hallan a 55 kilómetros de Santa Cruz de la Sierra, cerca de la confluencia del parque Amboró y el área protegida Parabanó. Es decir, están donde la llanura cruceña y las primeras estribaciones andinas hacen alquimia y gestan una de las zonas más biodiversas del continente. Son el Instituto de Biodiversidad y Biotecnología (Inbiotec) y Probiología y Tecnología (Probiotec). Sus laboratorios, cultivos, cortinas boscosas e instalaciones educativas ocupan cerca de 9,5 hectáreas, y se han convertido en una exitosa fuente de soluciones agroecológicas.

“La idea surgió hace más de 28 años”, cuenta el director del centro, Miguel Ángel Crespo, “nos preocupaba el impacto de los agrotóxicos en los productores y los campos. Buscamos una alternativa, y descubrimos que la alternativa era el control biológico. Sólo había antecedentes en algunas tesis universitarias y avances en Cuba, pero limitados a su producción, porque ellos no podían producir para los mercados”.

Crespo explica que la producción e investigación cubanas obedeció al bloqueo estadounidense y a la suspensión de las provisiones de agrotóxicos soviéticos. Sin embargo, la distribución y aplicación de aquellos productos se tornaba muy distinta en relación a la que debía aplicarse en Bolivia. El empresario relata que entonces optó por asimilar las bases de la agroecología en centros cubanos. Se aplicó a la agroecología y sus soluciones armoniosas con el medioambiente y apostó por crear productos que hoy cobran vigencia en el planeta.


AGRICULTURA ORGÁNICA El hongo trichoderma está presente en los suelos cultivables del mundo.  RAFAEL SAGÁRNAGA

UN HONGO DESCONTAMINADOR


Tras arduas pruebas y trabajos, el éxito del emprendimiento en Bolivia empezó a cobrar impacto. Probiotec desarrolló, por ejemplo, el Tricoderma, un hongo capaz de recuperar suelos altamente tóxicos debido a la presencia de sustancias organocloradas. Éstas suelen provenir del uso de pesticidas y también de actividades hidrocarburíferas y son capaces de causar cáncer en los humanos y graves desequilibrios ecológicos.

Por ello, el impacto del producto incluso llamó la atención de científicos iraníes que visitaron el centro, pues buscaban tratar lodos empetrolados. Los técnicos de Imbiotec también trabajaron, aplicando el Tricoderma, con algunas empresas petroleras. El hongo es capaz de purificar este tipo de suelos afectados por los hidrocarburos en más del 90 por ciento.

“La biodiversidad, la naturaleza misma es capaz de hacer maravillas. Entre otras propiedades, el Tricoderma acelera la germinación de las plantas, su nivel de enraizamiento y las protege de enfermedades. Es un microorganismo de múltiples aplicaciones biotecnológicas, totalmente amable con la naturaleza”, dice Waldir Aguado, jefe de laboratorio de Imbiotec.

Otro singular aporte de estos laboratorios ha sido contra la vinchuca. Crespo explica que aislaron la Beauveria bassiana, un organismo capaz de eliminar a las temibles vinchucas, portadoras del virus transmisor del mal de chagas. Desafortunadamente, tras ocho años de investigación y un sinfín de engorrosos trámites no pudo implementarse en Bolivia.

Valga recordar que en nuestro país, el 40 por ciento de la población padece Chagas y el otro 40 es susceptible de contraerla. El insecto es actualmente combatido con tóxicas fumigaciones que se aplican en los hogares de decenas de miles de familias. Sin embargo, el producto basado en la Beauveria bassiana bien podría ser pronto exportado a México y Argentina. Especialistas de aquellos países se acercaron con ese fin a las instalaciones de San Luis.

En San Luis también se ha desarrollado Biofrut, un cebo capaz de atraer a la temible mosca de la fruta. Este insecto castiga a los productores de todo el país y frena sus iniciativas de exportación. También se producen fungicidas y abonos.

Hasta el presente, los procedimientos de seis de los productos de Probiotec han sido patentados y también tienen certificación para comercializarse en los más importantes mercados mundiales. Es por eso que, por ejemplo, varios de los productores bolivianos de chía orgánica recurrieron a estos laboratorios para asegurarse el éxito de sus exportaciones a Europa.

DESARROLLO Miguel Ángel Crespo, director de los centros de investigación, y Waldir Aguado, jefe de Laboratorios de Imbiotec.

FAMA INTERNACIONAL

El éxito de estas soluciones amables con el medio ambiente y la salud ha llamado la atención de diversos sectores y empresas. Probiotec e Inbiotec han recibido a visitantes empresariales y científicos de países tan distantes como Irán, Nigeria, Sudáfrica, República Checa, Argentina, Brasil, México y otros. Es decir, el emprendimiento ha llamado la atención de académicos y empresarios de cuatro de los cinco continentes. “Considero que somos un centro de características únicas en el continente”, dice Crespo, quien frecuentemente es invitado a citas científicas en Europa y Asia.

El empresario añade que el proyecto se ha basado en una iniciativa totalmente boliviana. Las investigaciones y desarrollo de procedimientos también estuvieron a cargo de profesionales bolivianos.

Así, en los laboratorios de Probiotec se construyen los ciclos que permiten el desarrollo de los organismos que neutralizarán la acción de plagas, químicos y otros males del agro. Allí se organizan desde las cepas hasta los compuestos finales que ya han actuado, naturalmente, en cientos de miles de ocasiones con singular éxito. Según los registros, y para ser más precisos, 600 mil hectáreas de cultivos agrícolas ya fueron tratadas con estos productos biológicos. Ello implica el haber sustituido cerca de 304 mil litros de agrotóxicos.

Vale decir que se reemplazaron 304 mil litros de sustancias que regularmente son denunciadas como cancerígenas o causantes de graves alteraciones fisiológicas en humanos. Se reemplazaron 304 mil litros de sustancias que, además, afectan a la flora y la fauna, y desatan otro tipo de plagas en extensas zonas.El efecto cuenta más al considerar su uso en el agro cruceño donde en años recientes el comercio descontrolado introdujo incluso agroquímicos prohibidos internacionalmente.




DESCONTAMINACIÓN Cultivo después que el terreno fue tratado con el hongo que es capaz de purificar los suelos.


LABOR PEDAGÓGICA

Y el entorno que caracteriza al centro de instrucción de Inbiotec y a los laboratorios resulta elocuente para el sentido de este proyecto. La zona parece una antología de frutas y verduras; papayas, bananas, cítricos diversos, múltiples especies de lechugas, soya, frutos amazónicos, plantas aromáticas. En el entorno de las aulas, en un área de 3.000 metros cuadrados, se producen 71 tipos de alimentos.

Más allá, emerge un bosque reconstruido bajo las mismas características que tienen todos los bosques de la región. Constituye la cortina boscosa que funge como protección natural y cuya ausencia les costó millones, debido a plagas, temporales y a cientos de caprichosos agroproductores cruceños. Resultó tan efectivo que diversas especies de la zona se cobijaron en él. Completa el complejo un reducto dedicado a las prácticas que realizan diversos visitantes para aprender a crear huertos domésticos orgánicos.

Aquél resulta uno más de los diversos cursos de capacitación que Inbiotec realiza continuamente. En 15 años, esta institución ha entrenado a 2.700 personas en materias como manejo ecológico de plagas y producción de cultivos orgánicos. También se enseña forestería análoga (o sea la reconstrucción natural de bosques), biotecnología e identificación de organismos genéticamente modificados, entre otras materias. En el centro se han construido instalaciones capaces de albergar a delegaciones de hasta 20 personas durante varias semanas.

“La biotecnología es algo que siempre ha existido, no nos oponemos a ella porque asume las características de la naturaleza”, dice el ejecutivo, “a lo que nos oponemos, y además ya tenemos la experiencia científica para refutar, es a la manipulación genética que ha derivado en resultados tan polémicos y dañinos”. Marca así distancias en la dura disputa que marca a promotores de los productos transgénicos, imprescindiblemente asociados con agrotóxicos, de la boyante revolución orgánica.

La charla se ha desarrollado acompañada por un silencio y aire de una limpidez purísimas y bajo un infinito de colores vivos. Una puesta en escena impagable organizada cada día por la naturaleza para los visitantes de San Luis.


Boliviano 100 por ciento El proyecto se basó y fue desarrollado por expertos bolivianos. En la imagen, un cultivo de repollo.

OPORTUNIDAD

“Bolivia podría aprovechar su inmensa biodiversidad y su riqueza genética, una de las más grandes del mundo. Sería posible desarrollar industria de productos basados en esta riqueza. Incluso se podría basar en lo referido a la soberanía alimentaria en función al patrimonio genético. Habría que apostar a la innovación tecnológica de la biodiversidad”.



Santa Cruz Instalaciones de los centros de investigación, donde trabajan hace 15 años en el manejo ecológico de plagas y producción de cultivos orgánicos.



OPORTUNIDAD


“Meparece que el Estado boliviano está perdiendo oportunidades de desarrollo”, propone Crespo con base en la experiencia de Probiotec, “se las podría llevar adelante bajo el esquema de la protección del patrimonio genético. Bolivia podría aprovechar su inmensa biodiversidad y su riqueza genética, una de las más grandes del mundo.
Santa Cruz Instalaciones de los centros de investigación, donde trabajan hace 15 años en el manejo ecológico de plagas y producción de cultivos orgánicos.


LA INICIATIVA


Inbiotec y Probiotec surgieron de la organización no gubernamental Productividad Biosfera Medio Ambiente (Probioma), una institución privada de desarrollo social con sede en Santa Cruz. La iniciativa nació hace 28 años, los institutos de investigación de San Luis funcionan desde 2003.Inbiotec es considerado en el agro cruceño como un componente muy importante en el contexto de las actividades que la organización realiza en el campo de la capacitación a jóvenes, mujeres, líderes indígenas, campesinos y técnicos agrícolas.

Inbiotec ofrece capacitación en: manejo ecológico de plagas, control biológico, uso y manejo de agentes de control biológico, producción de cultivos orgánicos, forestería análoga, cromatografía de suelos, biotecnología, recursos genéticos y transgénicos, identificación de OGM, ecoturismo comunitario, gestión local de áreas protegidas, monitoreo socioambiental de megaproyectos de desarrollo, educación ambiental, certificación local, entre otros.

http://www.lostiempos.com/oh/actualidad/20180625/apuesta-boliviana-revolucion-organica

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