Depredación: El puerto boliviano de salida al Atlántico está casi seco

 


Depredación: El puerto boliviano de salida al Atlántico está casi seco

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Otros tiempos. La laguna Cáceres en 2015, cuando todavía permitía el paso de embarcaciones.

Rafael Sagárnaga
Publicado el 25/06/2023 a las 23h37

El estudio explica que al ciclo de sequía que coyunturalmente afecta a la zona se sumó la obstrucción de los canales de entrada de agua. Éstos, el Tuyuyu y el Sicurí, llegan desde Brasil y su limpieza depende de que fructifiquen las negociaciones diplomáticas binacionales. A la salida de la laguna, el canal Tamengo que conecta el notable cuerpo de agua con los ríos Paraguay y Paraná también se halla con altos niveles de sedimento. Lo propio ha pasado con afluentes menores como los ríos Pimento y Tucabaca. Y la laguna en sí misma ha acumulado lo suyo, en décadas recientes su máximo nivel bajó a 5 metros de profundidad, hoy mucho menos.

Múltiples causas confluyen para que el riesgo de colapso haya llegado a los límites actuales. Desde el vecino país el experto Clovis Vaillant del Instituto de Investigación y Educación Ambiental (GAIA) describe: “Las nacientes de los ríos en Brasil se hallan justo donde hubo un tremendo proceso de ocupación. Existen 700 puntos de intervención humana en lugares donde el flujo de agua desapareció. Además, el impacto de las hidroeléctricas ha secado ríos”.

Ya en las décadas del boom portuario hubo problemas que se gestaron en Brasil. La historia relatada en los archivos ediles señala que en 1940 municipios de ese país buscaron sabotear los flujos de agua de la laguna para llevar hacia sus costas parte del negocio. En 1958, En 1958, las autoridades brasileñas construyeron un dique en el canal Tuyuyo-Sicurí que bloqueó el flujo de esos canales y generó una creciente sedimentación. Tras los reclamos bolivianos, aquella barrera fue dinamitada en 1970. Sin embargo, los escombros volvieron a estabilizarla y a obstruir las aguas.

Más problemas

Pero las agresiones contra la salida boliviana al Atlántico y su formidable composición también provinieron del lado boliviano e incluso de una ofensiva mixta. “Uno de los factores para la crisis de la laguna Cáceres es la deforestación —remarcó el alcalde de Puerto Suárez, Mauricio Montero—. Con miras al desarrollo, está avanzando en toda la región”. Y la deforestación se halla asociada a uno de los principales factores de agresión a la laguna y todo lo que conlleva: la agroindustria que para su expansión depreda bosques y desvía o anula afluentes. Paralelamente, la visión del agronegocio valora el agua para la navegación, en desmedro de los ecosistemas e incluso con proyectos virtualmente suicidas.


En ese marco, Miguel Miranda, investigador del Centro de Documentación e Información Bolivia (Cedib), señaló: “La agroindustria en Santa Cruz impulsó el desarrollo portuario en el canal de Tamengo. Éste era una alternativa para la exportación de sus productos, en especial de las oleaginosas. Para las empresas, el interés principal es el de circular por este canal, aunque eso implique modificar el entorno. Quieren hacer las modificaciones del canal para una mejor circulación, sin importar nada. Un empresario al que entrevistamos hasta nos dijo que la solución sería dinamitar y dragar todo, sin pensar en los daños ambientales que esto podría generar”.


En efecto, si algo desarrolló con cierta persistencia en la zona eso fueron las instalaciones y puertos de acopio y embarcación de la producción de oleaginosas. Todo articulado a un sistema de transporte triple, es decir, fluvial, ferroviario y aéreo. Un sistema respaldado por los diversos gobiernos que ocuparon el poder desde hace casi cuatro décadas. Sin embargo, en el escenario de la actual sequía el sector también ha afectado, en buena medida, como efecto boomerang al sector. En 2019, año de la mayor crisis, los reportes del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), principal vocero de la agroindustria, informaron que se perdieron 3 millones de dólares por día y 300 millones de dólares en cuatro meses.

¿Y el Mutún?

Es más, paradójicamente, el único emprendimiento que en la actualidad avanza a paso relativamente sostenido suma otra amenaza para la laguna y su ecosistema. Se trata del proyecto siderúrgico de El Mutún, el caro sueño nacionalista prometido, igualmente, por los gobiernos de los últimos 50 años. Los ejecutores del actual proyecto plantean el uso del agua del río Paraguay, una intención que reaviva temores de alta contaminación.


“No se ha explicado hasta ahora la disposición de los lodos de desecho que arrojarán los procesos extractivos —alerta el investigador la organización Ecohumanismo Jaime Escalera—. Se ha evadido sistemáticamente esa explicación, al parecer, porque eso causó conflictos a la desplazada empresa india Jindal en el pasado. El doble problema radica en que hoy existe no sólo una crisis ambiental en la región, sino una creciente crisis económica y pareciera que se busca dejar que las cosas pasen sin mayor fuerza de reclamo, con todos los problemas que ello implica”.

Según un estudio de evaluación de impacto ambiental, develado por Probioma, se calcula que la planta siderúrgica Mutún utilizará 120 litros de agua por segundo, es decir, más de 10 millones de litros diarios. Se prevé que el proyecto durará 40 años y, dada su naturaleza, suma varios otros riesgos ambientales.

Ese 6 de junio, no sólo hubo movilizaciones escolares en Puerto Suárez, sino además el seminario internacional “SOS laguna Cáceres”. Allí se dieron cita las autoridades regionales, activistas y especialistas que llegaron desde Brasil, Paraguay y Argentina. Durante cerca de cuatro horas se formularon propuestas para un tratamiento integral del problema. El único anuncio esperanzador de remediación lo anunció el alcalde Montero al informar que se logró un compromiso de la agencia de cooperación japonesa (JICA) para estudiar posibilidades de limpieza de sedimentos.

No ha habido mayores pronunciamientos de las autoridades departamentales ni nacionales sobre la problemática que afecta al conocido como puerto boliviano de salida al Atlántico. La última noticia de impacto nacional que surgió desde el Ministerio de Medioambiente y Agua fue un escándalo de corrupción que involucraba al exministro Juan Santos Cruz.


Enlace: https://www.lostiempos.com/oh/tendencias/20230625/depredacion-puerto-boliviano-salida-al-atlantico-esta-casi-seco?fbclid=IwAR07JwH6u6nzKw-axlTdhE3XitQYYsUdHpqtlnVMeK5N9SvMNo_yYPabULU

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