LA DEFORESTACIÓN DE LA AMAZONIA
El bosque del Amazonas tiene una riqueza impresionante de
biodiversidad que representa el 8% de la vegetación en el planeta, que es
compartido por Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana
Francesa, Guyana y Surinam. A pesar de que el bosque del Amazonas es el más
importante del mundo, éste es deforestado de manera constante por los sectores
del agronegocio de la soya y la ganadería de exportación, generando grandes
impactos en el clima de la región con sequías duras y prolongadas.
Según los datos de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), entre 2001 y 2018 la Amazonia sudamericana perdió 51,3 millones de hectáreas de bosques por la deforestación, es decir, un área equivalente a la mitad del territorio de Bolivia. La parte más afectada se encuentra en el territorio de Brasil con 42,5 millones de hectáreas, mientras que Bolivia perdió 3,2 millones de hectáreas y 5,7 millones de hectáreas se perdieron en los territorios de Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana Francesa, Guyana y Surinam, países que comparten este bosque rico en biodiversidad1.
Por otra parte, este estudio de la RAISG muestra que entre 2001 y 2019, los incendios forestales han afectado 110 millones de hectáreas del bosque de la Amazonia, que equivale a todo el territorio de Bolivia. Los incendios cada año han afectado una superficie de 17 millones de hectáreas. El país amazónico que menos cuida este bosque es Bolivia ya que los incendios forestales afectaron el 27% de la Amazonia boliviana, mientras Brasil llega a 17%, Venezuela al 6% y en Colombia al 5%.
En conclusión, la conservación de la Amazonia sudamericana es
estratégica para enfrentar el cambio climático, porque este bosque genera todas
las condiciones climáticas que requiere la agricultura y ganadería sostenible,
además también su biodiversidad es importante para el desarrollo de los países
amazónicos.
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