LOS TRANSGÉNICOS ENVENENAN Y NO ALIMENTAN

 



Los cultivos transgénicos fueron desarrollados en la década de los ochenta por grandes corporaciones químicas como Monsanto, Bayer y Syngenta. Estas empresas obtienen inmensas ganancias vendiendo sus agroquímicos, asociados a los cultivos transgénicos, que tienen impactos sobre la salud humana, la biodiversidad, el agua, el aire y los bosques.

Estas trasnacionales, en su afán de generar más ganancias, diseñaron en sus laboratorios semillas transgénicas que tienen la capacidad de tolerar los herbicidas que ellos producen, principalmente el herbicida llamado Glifosato. De esta manera, crearon en sus laboratorios semillas transgénicas en cultivos extensivos como la soya, maíz, algodón y colza. Estos cuatro cultivos concentran el 99% de la superficie de los transgénicos en el mundo1.

Cultivar transgénicos de manera comercial en el mundo fue el resultado de decisiones políticas, ya que estas grandes corporaciones tienen un poder económico inmenso que se traduce en apoyo de políticos de varios países, principalmente los Estados Unidos2.

En el año 1996 se empezó a sembrar de manera comercial los cultivos transgénicos de: soya, canola, maíz, tabaco, papa, algodón y tomate, en EE.UU., China, Canadá, Argentina, México y Australia. Actualmente solo hay veintiséis países que cultivan de manera comercial transgénicos en el mundo. Esta tecnología no convence a más países.

En 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogó a los herbicidas a base de Glifosato como cancerígenos, este herbicida es el que más se utiliza en los cultivos transgénicos. En EE.UU.  la Empresa Bayer-Monsanto que produce el herbicida glifosato desde el 2018 ha perdido tres juicios, en los cuales fue declarado culpable por provocar cáncer con sus productos a cuatro personas. Hasta la fecha, todavía hay 125 mil demandas de personas con cáncer que están a la espera del desarrollo de sus juicios en EE.UU.

LOS TRANSGÉNICOS EN BOLIVIA

En Bolivia, organizaciones de la sociedad civil vienen resistiendo el ingreso de cultivos transgénicos en el territorio nacional desde finales de la década de 1990, alarmadas por las diferentes denuncias que se hicieron desde la comunidad científica internacional sobre los riesgos para la salud y el medio ambiente. No obstante, el año 2005 a través del Decreto Supremo N° 28225 del 1 de julio de 2005 se legaliza el cultivo de la soya transgénica que es tolerante al herbicida glifosato.

El rechazo a los transgénicos en Bolivia alcanzó su máximo nivel cuando se exigió a la Asamblea Constituyente (2006-2009) prohibir estos cultivos en Bolivia, lo cual quedó plasmado en la primera propuesta de Constitución en el artículo 408 que se modificó por presiones del sector de los agronegocios3 dejando algunas posibilidades para ingresar cultivos transgénicos que serían normados por ley específica4.Debe resaltarse que hasta el momento no existe dicha ley.

Hay que aclarar que el Movimiento Al Socialismo (MAS) adoptó la prohibición de los transgénicos en sentido oportunista, no como un principio programático-político, sino que defendió estas acciones mientras su proyecto político se consolidó. En paralelo, este partido llevó adelante alianzas profundas con los sectores del agronegocio que impulsan el agroextractivismo en Bolivia.

La incidencia del sector de los agronegocios logró que el gobierno de Morales adopte la agenda de introducir más cultivos transgénicos, a través del D.S. N°3874. Con este decreto se redujeron al mínimo los estudios científicos que exige la normativa de los acuerdos del Protocolo de Cartagena, para proteger la biodiversidad5.

Los nuevos eventos transgénicos en soya: evento HB4 y evento Intacta, fueron justificados por el gobierno de Evo Morales sosteniendo que no serían para la alimentación humana, sino destinados como agrocombustibles. En paralelo a estas propuestas, el gobierno del MAS, con el propósito de seguir complaciendo al sector del agronegocio, generó toda clase de normativas para impulsar el agroextractivismo (perdonazos por la deforestación con la Ley 337 (2013), Ley 1171 (2019) que autoriza quemas para actividades agropecuarias, etc.).

El gobierno de transición de Jeanine Añez, retomó la posta de Evo Morales sobre los transgénicos y decidió llevarlos al extremo con los decretos N°4232 y N°4238, de mayo de 2020, los cuales promueven la abreviación de procesos para aprobar el ingreso de nuevos eventos y cultivos transgénicos como son el trigo, caña y maíz que afectarán a la ya tan venida a menos Seguridad y Soberanía Alimentaria. Además, existe la solicitud6 de introducir los cultivos de papa y tomate transgénicos.

Con el nuevo gobierno del MAS, electo a fines del 2020, bajo el mandato del presidente Luis Arce Catacora, no se vislumbran cambios al respecto de los transgénicos. Recordemos que una de sus propuestas electorales fue la implementación de plantas de biodiesel, con la cual se justifican otros eventos transgénicos en soya (evento HB4 y evento Intacta).

En este contexto, las organizaciones de la sociedad civil llevan adelante la resistencia al ingreso de estos cultivos, frente a un sector de los agronegocios cada vez más agresivo, que quiere imponer su agenda a los bolivianos a la fuerza.

 

1 https://www.isaaa.org/resources/publications/briefs/55/default.asp

2 https://www.youtube.com/watch?v=PwxCEKotnbg

3 https://library.fes.de/pdf-files/bueros/bolivien/07244.pdf

4https://cedib.org/wp-content/uploads/2012/03/Se-prohibieron-los-transgenicos-en-Bolivia.pdf

5 Bolivia ha ratificado el Protocolo de Cartagena, mediante Ley de la República 2274 de fecha 22 de noviembre del 2001. El Protocolo de Cartagena señala que el objetivo de la evaluación de riesgo es determinar y evaluar los posibles efectos adversos de los organismos vivos modificados en la conservación y utilización sostenible de la diversidad biológica en el probable medio receptor, teniendo también en cuenta los riesgos para la salud humana.

6 https://brujuladigital.net/sociedad/productores-piden-autorizar-la-papa-y-tomate-transgenicos.

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